jueves, 15 de marzo de 2012

La arquitectura del siglo XX en la provincia de Jaén

Seminario Reina de los Apóstoles (Andújar) 1964-1966, Luis Laorga
La arquitectura desarrollada en la provincia de Jaén durante el siglo XX va a ir acompañada de una digresión territorial importante, que comienza a principios de siglo, con una pugna entre el poder económico de Linares y el papel político y administrativo de la capital incrementado a partir de la segunda década de la centuria. En el resto de la provincia, ciudades como Andújar, Martos, Alcalá la Real, Úbeda o Villacarrillo, desarrollarán su arquitectura casi siempre vinculada a los procesos de producción de aceite.
Para Linares, la reactivación, modernización y explotación intensiva de la minería del plomo desde mediados del siglo XIX supuso el ciclo expansivo más destacado de su historia reciente. A raíz de ese desarrollo, el ferrocarril llegó a la ciudad construyéndose la ecléctica Estación de Madrid (1903).

El urbanismo de la ciudad estará marcado por un inacabado Plan de Ensanche comenzado en 1875. El espectacular crecimiento de la ciudad y su aumento demográfico, debido a la eclosión minera, así como las frecuentes hambrunas y epidemias, provocaron la construcción de nuevos equipamientos y dotaciones como el cementerio municipal para católicos y protestantes, proyectado por Jorge Porrúa a finales del XIX. Las actuaciones más notables, sin embargo, se dan a comienzos del siglo pasado como el Mercado de Abastos (1904-17) y el Hospital de los Marqueses de Linares (1904-17) ambas del arquitecto Francisco de Paula Casado, dos ejemplos en el terreno de la arquitectura provincial neomudéjar y neogótica, respectivamente.

Casería de Mata-Behid (Cambil), comienzos siglo XX. Autor desconocido
En el resto de la provincia, a principios de siglo, Justino Flórez, arquitecto de la Diputación Provincial, actúa sobre el patrimonio existente en la provincia y produce una serie de obras muy interesantes por su expresividad y funcionalidad, así como por el empleo novedoso de materiales tradicionales, entre las que destacan la iglesia Sta. María de la Asunción (1902) en Porcuna, la torre de la iglesia Nuestra Sra. de la Paz (1902) en Marmolejo o el interesante y desconocido cementerio en Baeza.

En la capital, la topografía, la morfología y la situación intramuros de la ciudad existente a comienzos del siglo XX condicionaran el desarrollo urbanístico y arquitectónico que se producirá durante el nuevo siglo. El tejido urbano decimonónico empezó a cambiar, perdiendo importancia la distribución de la ciudad en collaciones religiosas y apareciendo el concepto de barrio. El incremento demográfico empujara a la ciudad más allá de las murallas, con el ensanche de las calles, la destrucción de históricas puertas, el embellecimiento de los paseos o la preocupación por erradicar los basureros interiores a la ciudad, todo estos factores tienden a ir modernizando paulatinamente la capital. La llegada del ferrocarril, en 1881, supuso un salto importante en su desarrollo urbanístico, marcando de manera definitiva la nueva configuración de Jaén durante todo el siglo XX. Su expansión se orientó hacia el Norte siguiendo la dirección de dos ejes radiales que partían de la antigua Plaza del Mercado: el Paseo de la Estación y la carretera de Madrid.

Viviendas en calle Maestra y Teatro Darymelia (Jaén) 1919-1927.
 Justino Flórez
Construyendo una de las alineaciones del Paseo se ubicó el Asilo de Ancianos “San José” (1899-1902), gestionado por las Hermanitas de los Pobres, un interesante y funcional edificio, proyectado por Justino Flórez y construido en ladrillo visto, que muestra una preocupación novedosa por un racionalismo constructivo que posteriormente desarrollaría su hijo Antonio Flórez Urdapilleta. La última obra del arquitecto leonés que definió la transición entre los dos siglos en la provincia jiennense fue la manzana definida por el teatro Darymelia y Casino Primitivo (1919-1927). Los primeros matices modernistas de la capital, enmarcados todavía en un clasicismo ecléctico, aparecen en la pequeña Casa de las Heras, proyectada en 1903-04 por Antonio Merlo (algunos autores la consideran de Agustín Eyres) un pequeño y acertado ejercicio arquitectónico y urbano situado en la esquina entre la plaza Sta. María y la calle Maestra.

Casa Las Heras (Jaén) 1903, Agustín Eyres

Durante la década de los años veinte destacan en la provincia una serie de colegios construidos por la Oficina Técnica de Construcciones Escolares dirigida en Madrid por Antonio Flórez Urdapilleta. Entre ellos, destacan el colegio General Fresneda en Jódar, el General Saro en Übeda o el más interesante y mejor conservado de todo ellos, el colegio Miguel de Cervantes de Lopera (1929-31). Antonio Flórez también es autor de la restauración y remate de la torre oeste del Hospital de Santiago de Úbeda (1927-29)

Uno de los arquitectos más influyentes del panorama urbano jiennense fue Luis Berges Martínez que, siendo arquitecto municipal, recibe el encargo de realizar el primer Plan de Ensanche de la ciudad, con el objetivo de planificar la relación entre la ciudad vieja y la nueva. Berges se encuentra con un casco histórico congestionado e inoperante ante el crecimiento acelerado de la población por lo que el Plan era una oportunidad para aplicar una visión moderna que consolidara definitivamente la expansión de la ciudad.

Colegio Nacional Miguel de Cervantes (Lopera) 1929-1931, Antonio Flórez

Racionalidad y modernidad serían las palabras claves que definirían el Plan, racionalidad al diferenciar áreas residenciales, de ocio y cultura e industriales, de acuerdo con los nuevos principios funcionales de la arquitectura preconizados por Le Corbusier y modernidad en los nuevos diseños arquitectónicos y materiales propuestos. El Plan de Ensanche se redactaría en 1927 y sólo se desarrollaría de forma incompleta hasta bastante después de la Guerra Civil. Un papel preponderante en este Plan lo ocupará la ubicación de viviendas para obreros y trabajadores para las que propuso una tipología basada en un esquema parecido a los höf vieneses, bloques en manzana cerrada con patio interior. Trazado que dio lugar, durante la década de los cuarenta, al barrio de las Protegidas. A mediados de los años treinta, Luis Berges proyecta su obra más interesante: Casa Almansa (1936) en la que no hace ninguna concesión al ornamento, mostrando su funcionalidad, orden estructural y tipología de vivienda urbana.

Casa Almansa (Jaén) 1931, Luis Berges

En Andújar, tras la guerra civil, se levantaron numerosos edificios en zonas muy dañadas durante la contienda. En 1945, se llevó a cabo la restructuración de la Plaza de España, con la intención de reparar las huellas dejadas por los bombardeos. La reordenación fue realizada por el arquitecto Francisco López Rivera que proyectará la plaza junto algunos de los edificios que la delimitan como el Colegio Público y el edificio de Correos y Telégrafos (1941-45), un edificio-puerta que define y enmarca uno de los accesos a este espacio público. En otro de los lugares bombardeados, se construyó el nuevo Mercado de Abastos de la ciudad (1939-40) diseñado por el arquitecto Pedro Rivas Sabater; un edificio circular, dispuesto en anillos concéntricos y construido íntegramente en hormigón armado, proponiendo para la ciudad una arquitectura íntegramente funcionalista y racional.

Mercado de Abastos (Andújar), 1939-194, Pedro Rivas Sabater

También en Andújar se levanta, en 1950, el Hotel D. Pedro, una obra tardía, del arquitecto Carlos Arniches Moltó que veinte años antes, en 1930, había construido en Bailen, junto con su compañero Martín Domínguez, uno de los primeros Albergues Nacionales de Carreteras de España. A mediados de la década de los sesenta, entre 1964 y 1966, el arquitecto Luis Laorga Gutiérrez realiza en la periferia de Andújar, para los Padres Paules, una de sus obras más interesantes (y desconocida, hasta que fue redescubierta y dado a conocer por los autores de este trabajo sobre arquitectura del siglo XX en Jaén), el seminario Reina de los Apóstoles, un edificio que se desarrolla en torno a un eje principal, alternando los llenos de las aulas con los vacíos de los patios.

En los años treinta la provincia de Jaén era la segunda de Andalucía demográficamente hablando, debido principalmente a su población agrícola estructurada en torno a núcleos urbanos importantes, sin embargo, a inicio de los años cincuenta la situación provincial era tan precaria y dramática que se diseñará, en 1953, el Plan de Jaén que coordinaría las obras necesarias en la provincia en materia de industrialización, electrificación y población de zonas agrarias deshabitadas. El Plan se circunscribió a la vega del Guadalquivir y estuvo centrado en las cinco grandes zonas regables, en éstas se construyeron hasta veintiún poblados de colonización que se extendieron por todo el alto, medio, bajo Guadalquivir y los ríos Rumblar y Guadalén. Destaca la calidad de los poblados que se construyeron en la provincia de Jaén entre los que sobresalen los de Llanos del Sotillo y Guadalimar (1956) diseñados por José Antonio Corrales o el de Miraelrio (1965) proyectado por Fernández del Amo y que fue uno de los últimos que se implantaron.

Poblado de colonización Llanos del Sotillo (Andújar), 1956, José Antonio Corrales

A raíz del Plan Jaén también surge la cementera de Torredonjimeno y en Linares, para paliar la crisis de la minería debida al cierre de las minas de carbón, se estableció la factoría de coches Land Rover Santana. La colonia de casas (1956) destinada a los directivos de la compañía fue proyectada por Fernando Moreno Barberá que proyectó también en la periferia de la ciudad un interesante bloque de viviendas aislado para los ingenieros de ENIRA (1956)

Viviendas para ingenieros del ENIRA (Linares), 1956, Fernando Moreno Barberá

Algunos años después, a finales de los años cincuenta, tienen lugar los concursos nacionales para los Institutos Laborales que se crearon con el objetivo de formar a una población que, ubicada lejos de las capitales de provincia o de núcleos importantes, se encontraba apartada de los establecimientos formativos de carácter secundario o técnicos. Como consecuencia del concurso ganado por Carlos de Miguel, en principio sin lugar o solar determinado y tras la cesión de un suelo por el ayuntamiento de La Carolina, los ganadores adaptaron el proyecto vencedor y se acabó construyendo el Instituto Laboral de La Carolina (1958).

Instituto Laboral (La Carolina), 1958, Carlos de Miguel

En la capital de la provincia, durante la primera etapa del siglo XX y hasta la década de los sesenta se aprecia un acusado contraste entre los dos ejes del primitivo ensanche Avenida de Madrid y Paseo de la Estación) y el resto de los barrios periféricos. En torno a los primeros surge un tipo de vivienda para clases medias y altas, con una mayor concentración de arquitectura pública generalmente en torno a la plaza de las Batallas, con la brillante Estación de Autobuses y el Hotel Rey Fernando (1941) de los arquitectos S. Sánchez Ballesta, M. de la Peña y A. Querejeta, así como el interesante edificio de la Casa Sindical (1970-71) de José Jimenez Jimena. Las barriadas son destinadas a viviendas para el alojo de clases trabajadoras, entre estas destacan el barrio de las Protegidas, cuatro manzanas de viviendas promovidas por la Diputación, el Ayuntamiento y el Obra Hogar Sindical (1944-55) o el grupo de 100 viviendas sociales del barrio de San Felipe Neri, construidas en 1957, también del arquitecto José Jiménez, un conjunto de cinco bloques aislados que proponen una relación ejemplar con el paisaje de las rodea.

Casa Sindical (Jaén), 1970-1971, José Jiménez Jimena
La arquitectura de los años cincuenta con sus edificios públicos acabó dando una fisonomía de cierta modernidad al centro de la ciudad mientras que en la periferia serán algunos equipamientos, la mayoría de tipo docente, los que caracterizarán la arquitectura moderna de la capital. Entre ellos destacan el colegio de los Maristas (1955) y la iglesia de Cristo Rey (1955) ambos de Ramón Pajares Pardo o el Colegio de Religiosas de las Hijas de Cristo Rey (1968) de los hermanos Blanca Colmenero. Durante la década de los setenta se consolida la avenida denominada Gran Eje, con una tipología arquitectónica diferente al resto de la ciudad, con bloques en altura que combinaban la vivienda y el comercio. Durante estos años, se construyen, en el Poligono de Los Olivares, los Laboratorios Farmacéuticos Andalucía (1977) de Andrés Cid Fernández,  y el Colegio Universitario en 1978 en el paraje de Las Lagunillas, diseñado por el arquitecto Manuel Millán López y que sería el germen de la anhelada Universidad de Jaén.

Rehabilitación Palacio Abacial (Alcalá la Real) 1988-1999, Santiago Quesada

A finales de los años setenta, durante el proceso de transición política, las nuevas elecciones democráticas y la creación de las autonomías significaron un nuevo impulso para la arquitectura, que se comenzó a desarrollar y promover. En la provincia de Jaén se comienzan a rehabilitar algunos Ayuntamientos y Casas Consistoriales como las de Santa Elena o Andújar, produciéndose una renovación de la arquitectura cultural con la construcción de equipamientos en núcleos urbanos, además se rehabilitan edificios en mal estado dotándolos de nuevos usos, como en los pósitos de Aldeaquemada y Carboneros o el Palacio Abacial de Alcalá la Real (1988-99) También se comienzan actuaciones de revitalización en los cascos históricos de las ciudades, lo que se traduce en rehabilitaciones de edificios históricos como el Palacio de Villarreal o la intervención en las ruinas de San Francisco en Baeza (1989) de los arquitectos Araujo y Nadal. En esos años, el Hospital de Santiago de Úbeda, que todavía mantenía funciones hospitalarias, pasaría a ser, con un proyecto de Isicio Ruiz Albusac, un nuevo centro cultural y multifuncional de gran importancia en la vida sociocultural de la comarca.

29 viviendas sociales (Hornos de Segura) 1988.1992, Santiago Quesada

También se llevará a cabo por la Consejería de Obras Públicas y Transportes una política, coordinada con los Ayuntamientos, para la construcción de viviendas sociales y la rehabilitación de las zonas residenciales ya existentes. El nuevo panorama promueve la vivienda pública y colectiva, destacando en la provincia de Jaén el grupo de viviendas sociales en Torreperogil (1993) de Ana Estirado y Fernando Magdalena o las veintinueve viviendas en Hornos de Segura (1988-92) de Santiago Quesada que son un conjunto que intenta frenar el crecimiento desordenado de ese núcleo de la sierra de Segura. En La Carolina se construye el barrio de Viña del Rey (1984-91) con una serie de promociones de viviendas diseñadas por los arquitectos Isicio Ruiz o Tomás Lezcano, y que son un ejemplo de construcción de conjuntos residenciales de baja densidad, unifamiliar o colectiva.


Jaén, 2012



Texto original en: 


La arquitectura del siglo XX en la provincia de Jaén


CIEN AÑOS DE ARQUITECTURA EN ANDALUCÍA: REGISTRO ANDALUZ DE LA ARQUITECTURA. Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Junta de Andalucía, Sevilla 2012