Estación de Autobuses y Hotel Rey Fernando de Jaén en la década de los años cincuenta del siglo XX |
Sorprende la agresividad de determinadas opiniones sobre lo que se debe hacer con la actual Estación de Autobuses; la respuesta inmediata a su pretendida obsolescencia es que hay que derribarla. Obsoletos son el Castillo, los Baños Árabes, el arco de San Lorenzo y nadie se plantea demolerlos, por ahora… Es posible que se deba a su poca superficie o a la apariencia no moderna de los mismos, a su antigüedad. Su condición de edificios antiguos los hace estar por encima no sólo de diferencias de credo, sino también de entendidos y legos en arte. Los criterios de antigüedad son tan evidentes, obvios y sencillos que son apreciados por todo el mundo. Pero esta pretensión de validez general es también la que lleva a creer que su valor de antigüedad es suficiente para conservarlos y produce manifestaciones de tipo arrogante e intransigente: fuera de lo antiguo no hay salvación estética posible.