lunes, 29 de noviembre de 2004

Valor frente a precio

La estación de autobuses de Jaén

Estación de Autobuses y Hotel Rey Fernando de Jaén en la década de los años cincuenta del siglo XX

Sorprende la agresividad de determinadas opiniones sobre lo que se debe hacer con la actual Estación de Autobuses; la respuesta inmediata a su pretendida obsolescencia es que hay que derribarla. Obsoletos son el Castillo, los Baños Árabes, el arco de San Lorenzo y nadie se plantea demolerlos, por ahora… Es posible que se deba a su poca superficie o a la apariencia no moderna de los mismos, a su antigüedad. Su condición de edificios antiguos los hace estar por encima no sólo de diferencias de credo, sino también de entendidos y legos en arte. Los criterios de antigüedad son tan evidentes, obvios y sencillos que son apreciados por todo el mundo. Pero esta pretensión de validez general es también la que lleva a creer que su valor de antigüedad es suficiente para conservarlos y produce manifestaciones de tipo arrogante e intransigente: fuera de lo antiguo no hay salvación estética posible.

jueves, 25 de noviembre de 2004

La estación de autobuses de Jaén

Una topografía de su arquitectura 


La Estación de Autobuses de Jaén comparte con la arquitectura llamada “moderna”, es decir, la que se realiza desde los años 20 hasta la década de los 60, una serie de características: es un edificio con una gran precisión funcional; busca y define unas formas abstractas consecuencia de sus funciones y lo hace construyéndolas con nuevas técnicas y materiales. Además es un edificio que construye ciudad utilizando para ello los recursos de la tradición. Una tradición que no tiene que ver con lo pintoresco, lo anecdótico o lo local, sino con la historia y con la disciplina arquitectónica. La arquitectura moderna no tenía, en sus orígenes, ningún afán de trascendencia, era decididamente “antimonumental”; característica que en el caso de la Estación de Jaén ha sido, paradójicamente, la causa de su olvido por parte de la crítica, inventarios o catálogos y justificación para alegar falta de valores estéticos o artísticos.