Armario "GRUYERE" |
El reto de este proyecto era convertir una suma de dependencias y minúsculos habitáculos de un piso convencional, en un espacio. Crear un lugar confortable, alegre y diáfano, que permitiera apropiarse y disfrutar del magnífico paisaje que lo rodea, completamente ignorado por la distribución inicial del apartamento.
Con la reforma de este apartamento, situado en la Costa de Sol malagueña, queríamos ponerle paisaje a una vivienda cuya disposición original era convencional: vestíbulo, pasillo, dos dormitorios, baño, cocina y salón, encajados en una superficie de 55 mts2. Esa abigarrada compartimentación oscurecía en exceso la vivienda e impedía tomar la distancia y perspectivas necesarias para aprehender y disfrutar del entorno que la rodea.
Además, queríamos transformar un piso en una casa. Establecer las condiciones necesarias para que posteriormente sus moradores, viviéndolo, lo pudieran transformar en hogar.
La intención del proyecto fue superar las limitaciones impuestas por la superficie disponible diseñando un espacio que introdujera en el interior las sierras Tejeda, Almijara y Alhama y que, a la vez, lo proyectara hacia el exterior como un trampolín hacia el mar y hacia la cercana playa. Crear un lugar completamente diáfano de uso flexible que pudiera transformarse, en caso necesario, en una vivienda de carácter más convencional con habitaciones separadas entre sí.
Alzado y Planta tras la reforma |
La clave de la intervención ha sido la disposición de un armario-pantalla en un lateral de la vivienda. Un elemento lineal que funciona como eje articulador donde están incorporados e integrados todos los elementos técnicos de la casa: cocina, telecomunicaciones, electrodomésticos, despensa, armarios de ropa, de limpieza, de plancha, etc., y en el que se integran dos de las ventanas existentes.
La presencia de la pantalla de hormigón y la ubicación de los bajantes condicionó la colocación del baño, una circunstancia que se aprovechó para separar la zona de comedor de la estancia de descanso nocturno. De apariencia maciza hacia el exterior, este volumen del baño presenta un revestimiento de piezas cerámicas onduladas blancas que hacen vibrar la intensa luz, la reflejan y la matizan.
El pequeño cubo blanco se vuelve rojo intenso en su interior. Color y textura producen la sensación de entrar en un bloque, tallado y vaciado, en el que se alojan el lavabo e inodoro que adquieren así la necesaria privacidad aislados del resto de ambientes.
El volumen del baño se desmaterializa hacia la zona del dormitorio con un plano de vidrio que delimita el área de limpieza corporal y centra la ducha frente a la ventana que presenta, como en un cuadro, la costa, el faro, y el mar, permitiendo al paisaje introducirse y rodear este reducido espacio húmedo. De esta manera el acto de ducharse parece que se hace fuera de la casa.
El ámbito más privado de descanso nocturno ocupa la zona de menos altura y más oscuridad, se encuentra protegido de circulaciones y vistas por una cortina enrollable y automatizada. El dormitorio y la zona de aseo corporal no se entienden como espacios separados sino como prolongación el uno del otro, el cristal de vidrio los separa pero también los conecta visualmente a la vez que permite adaptar la función a cada área.
Mesa "TRAMPOLÍN" |
Tirador "CHOCA ESOS CUATRO" |
Málaga, 2013
Publicado en:
REVISTA C.y B., nº 267, Madrid 2013